miércoles, 8 de enero de 2025

COLECCIONISMO (1): VALDEMAR GÓTICA (vols. 1 a 10)

 


Benito Arias

   ¿Vale la pena coleccionar todos y cada uno de los volúmenes de una colección determinada? ¿Habrá muchas repeticiones? ¿Tendremos que comprar ejemplares que no merezcan la pena? ¿Habrá que pagar mucho por las ediciones agotadas? Entre otras, son las preguntas que nos hacemos cuando pensamos iniciar o terminar una colección. Aunque no seamos demasiado obsesivos, en algún momento se nos cruza una determinada editorial o una colección y parece que está diseñada para nosotros, y de ahí al infierno del coleccionismo sólo hay un paso; y otras veces, aunque nos habíamos propuesto comprar sólo lo más granado terminamos reuniendo tantos volúmenes que nos preguntamos si con un poco más de suerte y esfuerzo podríamos tenerla completa... Pues bien, entre las recientes, la de Valdemar Gótica es tal vez la colección que más interés despierta en el terreno de la literatura fantástica y de terror. Tiene muchos valores que la hacen notable: la encuadernación, el papel, las portadas, el diseño y por supuesto los títulos y las traducciones. ¿Superará el escrutinio detallado de cada uno de sus números? ¿No habrá a menudo mejores alternativas? ¿Compensa el esfuerzo económico y los quebrantos por los titulos agotados? Vamos a verlo libro a libro, como si nos planteáramos empezar hoy mismo la colección.

No. 1: William Beckford: Vathek y sus episodios.

Empezamos con una anomalía, ya que el primer número estaba dedicado únicamente a Los Episodios de Vathek, en traducción de Claudia Monfils. Recientemente ha sido sustituido para ofrecer una edición completa de la obra en traducción de Mario Armiño, con introducción de Stephane Mallarmé. Esa introducción ya estaba disponible en la edición de Bruguera de la novela principal, con traducción (buena) de Manuel Serrat Crespo. Por otro lado, en Siruela (La Biblioteca de Babel) ya había salido otra edición del relato principal en una traducción excelente de Guillermo Carnero. Pero, sobre todo, y antes de Valdemar, Alianza Bolsillo editó el conjunto completo en una magnífica versión de Javier Martín Lalanda. Hay competencia.

No. 2:  Thomas de Quincey: Klosterheim, o La Máscara.

Relato gótico de Thomas de Quincey. Sólo se encuentra en esta editorial (hay alternativa en El Club Diógenes). Para los interesados en esta obra, es imprescindible pasar por Valdemar. AGOTADO

No. 3: M. G. Lewis: El Monje.

En traducción de Francisco Torres Oliver, la única disponible durante décadas en España, es una obra fundamental del género. Juan Perucho la sacó en la editorial Táber en 1970, con una traducción antigua que llevaba por título El Fraile; la  de Torres Oliver (mucho mejor) se ha editado múltiples veces en varias editoriales (Bruguera, Forum...), incluso en tapa dura e ilustrada dentro de Círculo de Lectores. Por otro lado, hay edición crítica de Juan Antonio Molina Foix en Cátedra Letras Universales, formato de bolsillo. AGOTADO.

No. 4: Charles Brockden Brown: Wieland, o La Transformación.

Buena edición de la novela que inicia el gótico norteamericano. Sólo se encuentra aqui.

No. 5: Ann Radcliffe: Los misterios de Udolpho.

Rescatada del fondo de la estupenda Biblioteca del Terror (Forum), que la sacó en 4 tomitos muy manejables, llegamos al primer "mamutreto" de la Gótica. Habrá quien prefiera la edición fascicular de Forum. AGOTADO.

No. 6: James Hogg: Memorias privadas y confesiones de un pecador justificado.

Otra de las traducciones clásicas de Francisco Torres Oliver. Previamente había aparecido en Alfaguara Nostromo. Se ha reeditado en Gótica hace poco, después de muchos años agotado.

No. 7: Alexandre Dumas: Crímenes Célebres.

Traducción de M. Busquets. Trae un relato más que la anterior edición en Cupsa Editorial; pero la traducción es la misma. AGOTADO.

No. 8: Mary Shelley: Cuentos góticos.

La primera edición tiene una cubierta distinta a la reedición de 2015, que porta la imagen original de Frankenstein. Algo bastante raro, teniendo en cuenta que Frankenstein también está editado en Gótica. En Diógenes salió una edición abreviada (con un relato menos). AGOTADO.

No. 9: Hanns Heinz Ewers: Mandrágora.

Sólo se encuentra en esta edición o en Diógenes. La reedición (2016) de Gótica es completísima: Traducción de José Rodríguez Ponce. Prólogo de José Rafael Hernández Arias. Introducción de Jesús Palacios. Álbum gráfico. Ilustraciones de Mahlou Blaine. Uno de los títulos más destacables de toda la colección. AGOTADO.

No. 10: Walpole, Lewis y Shelley, Tres piezas góticas.

Marcelo Covián traduce El castillo de Otranto (Walpole), Francisco Torres Oliver El espectro del castillo (Lewis) y Rafael Lasaleta Zastrozzi (Percy B. Shelley). De la primera novela hay muchas ediciones disponibles; pero el conjunto es atractivo y único por incluir las otras dos novelas cortas. Por algún motivo que se me escapa, la traducción suelta de El castillo de Otranto en Diógenes la firma José Luis Moreno-Ruiz, hay que tenerlo en cuenta porque este traductor no es fiable. AGOTADO.


En conclusión, los libros más interesantes de este lote por la calidad de las obras y el carácter de la edición son los GOT-02, GOT-04, GOT-07, GOT-08, GOT-09 y GOT-10. También valen mucho la pena, salvo que se posean otras ediciones de esa misma traducción, los GOT-03, GOT-05 y GOT-06. Y sólo el GOT-01 es equiparable a otra edición en el mercado, pero al estar la competencia en Alianza bolsillo, no hay color por el lado del formato.

domingo, 5 de enero de 2025

DULCES SUEÑOS (Robert Bloch y José Luis Moreno-Ruiz)

 

Benito Arias

   En la entrada anterior quise mostrar la importancia de las traducciones cuando leemos literatura extranjera. Nunca seremos suficientemente quisquillosos a este respecto. A menudo disponemos de varias versiones de una misma obra, y toca por tanto comparar o buscar referencias para saber con cuál quedarnos. Podemos dar con grandes diferencias pero sin errores notables, lo que nos lleva a decantarnos por una u otra según nuestro gusto personal, el estilo o la puntuación de algún traductor concreto; otras no hay diferencias significativas (esto es raro) y otras descubrimos que hay auténticos abismos entre unas traducciones y otras, en cuyo caso hay que decidir cuál es la más fiel o la más bella (el eterno dilema).

   Cuando sólo contamos con una traducción en el mercado, es casi obligado confiar en ella y leerla si estamos muy interesados por la obra en cuestión. De dos colecciones de cuentos de Robert Bloch (1917-1994), originalmente aparecidas en la prestigiosa Arkham House, sólo hay en español las versiones que salieron en la para muchos no menos prestigiosa Valdemar Gótica, me refiero a El que abre el camino (The Opener of the Way, 1945) y Dulces sueños (Pleasant Dreams, 1960). Las dos colecciones están traducidas por José Luis Moreno-Ruiz. Como no tengo buenas experiencias con este traductor, me propongo hacer un repaso somero de los relatos de la segunda colección, y empiezo por uno de la temática que más me atrae, las casas encantadas. El cuento se titula "La casa hambrienta" (The Hungry House, 1951), donde nada más empezar se nos informa de que una pareja "alquila" una casa, y aquí empiezan los problemas, porque el original advierte que la han comprado (bought), detalle que es importante por el nivel de compromiso con la propiedad que implica. Es un error incomprensible del traductor. A continuación, hay una frase memorable: "Then it came." Algo así como "Entonces eso llegó". It, eso..., y sabemos que Stephen King leyó con gusto a Bloch, la traducción no debería obviar este juego de referencias. Vana esperanza, nuestro traductor anota: "Entonces fue cuando se manifestó". Y uno se pregunta por qué alguien que se supone maneja con soltura el idioma extranjero nos da una versión tan... diluida, de tres palabras cruciales. Algo enfadados seguimos con el relato, que como se ve no es precisamente Finnegan's Wake, se puede leer hasta con pocos conocimientos de inglés, como es mi caso. El autor justifica que aun estando "eso" en la casa, no es cuestión de mudarse. "Moving was out of question", y punto. Nuestro traductor lo adorna un poco: "Mudarse estaba fuera de lugar, no había ni que considerarlo", y uno se pregunta de dónde saca la mitad de la frase; pero entonces recordamos la estrategia de engordarlas para cobrar más, y vamos entendiendo. El caso es que hay un préstamo por medio, y según  el traductor "Era absurdo ir con ese argumento al agente; era imposible explicárselo a sus amigos". Esto no se entiende muy bien, ¿por qué es absurdo ir con el argumento del préstamo al agente inmobiliario? Pues no se entiende, en efecto, porque no dice eso. Lo que Bloch dice son dos cosas distintas: que han conseguido un buen préstamo del banco y, por otro lado que "It would be absurd to complain to the agent about it, and impossible to explain to their friends". Evidentemente, si mantenemos el significado de "it" o "eso", es decir, la presencia en la casa, la cosa tiene lógica y va preparando el terreno; de otro modo, como lo cuenta el traductor, es un sinsentido.

   Por ahora sólo hemos leídos dos párrafos bastante breves del cuento, y la traducción es un absoluto desastre. Tres de los inconvenientes habituales en las traiciones de Moreno-Ruiz ya se han manifestado a la primera de cambio: por un lado los errores garrafales, las simples y llanas meteduras de pata. Por otro, los añadidos redundantes e innecesarios que destrozan el estilo de los autores y tornan iguales las maneras de escribir de todos los que pasan por las manos de nuestro traditore. En tercer lugar, los errores de interpretación que desvirtúan la historia y la banalizan.

   En el cuarto párrafo tenemos otro ejemplo de esto último:

   "Ella lo sintió la primera noche, en el dormitorio. Estaba sentada ante aquel espejo antiguo, cepillando sus cabellos. El espejo no tenía una sola mota de polvo y se veía allí claramente reflejada. La luz estaba encendida, además, aunque era una luz pobre."

   Este es el párrafo entero. El original dice:

   "She felt in the very first evening, in the bedroom. She was sitting in front of the high, oldfashioned boudoir mirror, combing her hair. They hadn't settled all their things yet, and she didn't trouble to dust the place very thoroughly. In consequence the mirror was cloudy. And the light above it flickered."

   Extrañamente, en este caso se nos escamotea información. No se deja claro que el espejo (antiguo y anticuado) es un espejo tocador, y que como era la primera noche aún no habían terminado los arreglos y ella no había limpiado el polvo a conciencia, por lo que el espejo estaba "nublado". Además, la luz de arriba parpadeaba... La situación es de este modo más propicia a la aparición de los fantasmas que la dada por la traducción española, eso sin duda.

   Creo que no vale la pena seguir indagando. En sólo cuatro párrafos breves hay tantas inexactitudes que la traducción no superaría ni un examen de grado elemental. Pues bien: este libro se ha vendido en su primera edición, que como mínimo será de mil o dos mil ejemplares; después se ha reeditado y ahora vuelve a estar agotado, siendo de esos que alimentan la especulación en las redes de reventa porque Valdemar, que parece haber muerto de éxito, tiene una política de reediciones que no entiende nadie y puede dejar pasar décadas antes de volver a sacar los libros de esta colección, y ello a pesar de las demandas incansables de sus obstinados clientes. Creo que es obligado advertir a quien está dispuesto a pagar el doble o el triple de lo que costaba este ejemplar en su día (no era barato), que por completar la colección no está comprando un libro, sino un objeto, ya que el espíritu del libro, la obra como tal, ha desaparecido por completo en su traducción española.